martes, 21 de febrero de 2012

Cómo hacer borregos en seis lecciones![1]
La prensa corporativa mundial tiene un solo objetivo: matar la curiosidad, desterrar las dudas y castrar la inteligencia. Y esa prensa es un fiel y seguro servidor del sistema.
NOAM CHOMSKY


1.     La estrategia de la distracción
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar."

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que este sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: Dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana (delincuencia), u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de estrictas políticas y leyes de seguridad en perjuicio de su propia libertad. O también: crear una crisis económica para aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales, privatizaciones y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la gradualidad
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos (como se viene haciendo con ciertas privatizaciones). Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: estado de bienestar mínimos, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si se hubiesen aplicado de una sola vez.

4.   La estrategia de diferir
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa, pero necesaria” (como la actual reforma a la edad de las pensiones del gobierno y la oposición española), obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es requerido inmediatamente. Luego, porque el público tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “después de esto todo irá mejor y el sacrificio podrá ser evitado”. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5.  Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Hacer que el público sea incapaz de comprender las técnicas que influyen directamente en él y los métodos utilizados para su control y esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales interiores debe ser la más pobre y mediocre posible con el acceso a la menor cantidad de información verdadera, de forma que la distancia de la ignorancia que se planea entre clases inferiores y superiores parezca, sea y permanezca inalcanzable para las inferiores.

6.   Reforzar la autoculpabilidad
Hacer creer al individuo que él es el único culpable de su propia desgracia, por causa de su poca inteligencia, mínimas capacidades, o de su insuficiente esfuerzo. Así, en lugar de rebelarse contra el injusto sistema económico que vive, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.

[1] Publicado en el Semanario Hildebrandt En Sus Trece de César Hildebrandt. Página 31. Plutón Editores SAC. Año 2, Número 72. Viernes 9 de setiembre de 2011.
[2]  Noam Chomsky es lingüista, filósofo y analista político estadounidense autor de importantes obras acerca de la expansión imperialista y de los crímenes cometidos para mantener el poder como: El nuevo orden mundial (y el viejo) (1993), Año 501, la conquista continúa, Injusticia infinita. La nueva guerra contra el terror (2001) y El imperio de la guerra permanente (2007).

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