martes, 21 de febrero de 2012

Distraer es la consigna


"Los medios de masas de verdad intentan básicamente distraer a la gente. Que hagan cualquier otra cosa pero que no nos molesten (a nosotros la gente que manda). Que les interesen los deportes profesionales, por ejemplo. Dejemos que se vuelvan locos con ellos, o con escándalos sexuales, o con las personalidades y sus problemas o algo así. Cualquier cosa, siempre que no sea seria." (Noam Chomsky)
Enciendes la televisión, pones tu canal favorito, miras los noticieros y ¿Qué pasa? Seguramente, lo primero que te muestren sea accidentes de tránsito, asesinatos, violaciones o incendios. Es decir, informan acerca de violencia, sangre y muerte. Este es el enfoque informativo de muchos canales de televisión, pero ¿Acaso no hay otras noticias de las cuales informar? Lamentablemente, a los dueños de los medios de comunicación no les conviene dar cobertura a otro tipo de información, ya que ellos desean mantener distraída a la gente, preocupada por la delincuencia, por la violencia de nunca acabar, y otros peligros de la ciudad. Para ello, los medios se encargan de difundir noticias policiales y alarmantes. Le dan amplia cobertura a los desastres naturales, hablan de calentamiento global, pero no nos dicen sus verdaderas causas. Solo se dedican en alarmar a la ciudadanía, en tenerla siempre en alerta, siempre atemorizada, siempre con miedo. Son, entonces, prensa amarilla-sensacionalista, ya que, diariamente, muestran imágenes fuertes de accidentes de tránsito, de heridos, de gente sufriendo, con gritos incluidos, peleas entre famosos u otros escándalos.

Los programas de televisión le dedican gran parte de su tiempo a noticias relacionadas a la farándula, a artistas, músicos, futbolistas, modelos o vedettes. Además, son los mismos canales que informan acerca de este tipo de acontecimientos, los que hacen farándula con sus respectivos programas de concursos donde invitan a los personajes del momento. Muchos canales de televisión hacen de la vida privada una cuestión pública. Apelan al morbo por conocer las cuestiones más íntimas de las vidas ajenas para poder vender más información, ya que, ahora, la información se ha convertido en un producto más de consumo y, por lo tanto, dicen los empresarios de los medios de comunicación, debe estar regida por las leyes del mercado, con lo cual, no importa el tipo de información que se brinde al público, lo importante es que venda.
Sin embargo, el mayor problema es que la cantidad de información que publican respecto a la vida privada de los artistas es enormemente mayor al poco o nulo espacio que le dan a temas de interés social y de verdadera trascendencia. Además, los canales de televisión han logrado instalar en el pensamiento colectivo la idea de que el entretenimiento es preferible a la educación. Con ello, este fenómeno se convierte en un círculo vicioso: los medios dicen que le brindan mucho entretenimiento a la población porque eso es lo que les gusta y los ciudadanos no tienen otra opción que consumir entretenimiento porque eso se les brinda en grandes cantidades.

Con todo ello, los grandes medios de comunicación masivos como el caso de los canales de televisión logran distraer a la ciudadanía y alejarla de las noticias de verdadera importancia. Entonces, se trata por un  lado de vender violencia y sufrimiento y, por el otro, vender pura diversión y entretenimiento. Ambas cosas en grandes cantidades. De esta manera, limitan al público las posibilidades de pensar y reflexionar, porque, supuestamente, esa función debe estar restringida para las elites. Esto, a su vez, hace posible la dominación de gran parte de la ciudadanía que consume diariamente este tipo de información. Es decir, se pretende anular todo tipo de crítica o cuestionamiento. En la televisión, está prohibido pensar.

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